Eve Benedict es la última diosa del cine, una sex symbol de voz rasposa con dos Oscars, cuatro ex maridos y toda una legión de amantes que acrecientan su leyenda. No hay secreto ni escándalo que desconozca. Ahora Eve ha decidido escribir sus memorias, y sin tapujos. Hollywood en pleno le pide que no lo haga, pero ella tiene sus razones.
Julia Summers es la biógrafa elegida por Eve para que escriba su historia. Julia ha dejado atrás una vida tranquila en Connecticut y no está acostumbrada a la fastuosidad de Beverly Hills, pero le encantan su trabajo y el hogar que ha levantado para su hijo de diez años, al que debe criar sola. ¿Cómo va a desaprovechar esta oportunidad única?
Sin embargo, el atractivo hijastro de Eve, Paul Winthrop, pondrá a prueba la voluntad de Eve de contarlo todo… y la decisión de Julia de mantener cerrado su corazón. Mientras Julia va sabiendo de qué son capaces los enemigos de Eve para evitar que el libro se publique, descubre también que la gran estrella del cine tiene aún un último y oscuro secreto por desvelar. Un secreto que cambiará la vida de Julia, y que también podría quitársela.
Uno de los muchos descubrimientos del año que acabó fue la autora norteamericana Nora Roberts. Lo cierto es que ya llevaba años en la lista de espera; había visto sus libros, pero francamente no había ninguno que me llamara poderosamente la atención. Hasta que a mediados de julio encontré Verdades y mentiras. Quien me conoce sabe que no me asustan los libros de más de 100 pgs; si el resumen de contraportada me invita, ya puede tener 500 o 1.000 páginas, igual me lo pillo y «lo devoro».
El estado de ánimo también cuenta mucho a la hora de preferir un libro sobre otro, a mí me apetecía leer una historia glamourosa, y ésta sin duda lo es, y mucho. Para los que además de lectores, somos escritores, también cuenta lo que estemos escribiendo en ese momento. Y debido a ello, la novela de Nora fue muy bienvenida a mi humilde estantería. Y lo cierto es que en algunos puntos clave, me fue de inmensa ayuda.
Nora tiene la virtud de envolverte, de hacerte partícipe de sus historias; la capacidad de trasladarte en un santiamén de tu lugar de veraneo al fastuoso —y falso— mundo de Hollywood. El hecho de que una de las protagonistas fuera actriz y la otra, biógrafa, también contó muchísimo a la hora de elegirlo; y para colmo, «el héroe» también le daba a la tecla. Vaya, que tenía todos los boletos para dejarme satisfecha. Y me dejó MUY satisfecha.
He de decir, en su contra, que como cualquier novela del género (romántico) es terriblemente previsible; antes de empezar ya sabes cómo acabará, quién acabará con quién, quien morirá, quién no… Y en este caso… hasta puedes descubrir al asesino… Pero si uno/a va sobre aviso, pues lo que hace, yo en particular, es olvidarse del final, y deleitarse con los detalles y matices de la narración, que son muchos y, de hecho, los que verdaderamente te atrapan y te empujan a pasar páginas sin parar.
¡Hola, Jules!, ante todo, Feliz Año Nuevo. Me ha parecido una buena reseña, muy estudiada, muy fría en algunos caso, y muy apasionada al final, pero..¡te entiendo perfectamente, amiga! Yo, como escritor novel con múltiples fallos, pido indulgencia para conmigo y, creo, como bien dijiste, que lo importante es, sin duda, la historia. Pero, me soprende no obstante leer algunos artículos donde escritores famosos, dicen de dedicar pocas semanas a la labor de corrección cuando, yo, en mi último manuscrito me he tirado cerca de seis meses, aunque con un parón de un mes, para dejarlo reposar. Total, que mucho aplicar ciertas reglas y luego chau-chau,... umm creo que tu frase, aunque demoledora, es más que justa: ¡qué menos que nos apliquen el mismo rasero a todos!, ¿no? Umm... Creo que algunos profesionales del sector, y digo algunos, deberían aprender también cierta humildad; tratan a patadas a los noveles y olivan que los grandes, una vez fueron como nosotros y tuvieron que aprender.
ResponderEliminarUn besote.