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jueves, 4 de febrero de 2010

Entrevista a Arlette Geneve



No puedo disimular mi entusiasmo. Hace un año que conocí a Arlette, y entre otros muchos favores, debo agradecerle que me abriera las puertas de Facebook y de los blogs de muchas —y maravillosas— autoras de novela romántica. Por eso y sobre todo por su inmenso talento narrativo, hoy os deleito —o ese es mi mayor deseo— con una entrevista en exclusiva a la autora de El carcelero de Isbiliya. ¡¡A la venta a partir de hoy!!

E.B. Según mis cálculos, tienes cinco novelas en el mercado. Para aquellos que aún no te conocen, cuéntanos un poquito qué vamos a encontrar en el universo de Arlette Geneve…

A.G. Vais a encontrar una mente inquieta…;) Ahora en serio, en el universo de Arlette solo hay imaginación, lugares mágicos, momentos únicos, palabras de las que no se olvidan. Y tíos cachasrebuenosdelamuerte…;)

E.B. Yo y muchos de tus lectores sabemos cuán laboriosa es la tarea de documentarse a fondo para una novela; ¿cuáles son tus fuentes, a dónde acudes en busca de la información necesaria para darle a tus historias el rigor y la credibilidad que se merecen y que tanto valoramos tus seguidores?

A.G. Aunque parezca insólito, utilizo dos enciclopedias que tengo en casa desde hace, ufff, mucho tiempo. Una es la Enciclopedia Laruousse, y la otra es la Enciclopedia de Historia Universal, ambas de Planeta. Además de mis libros de historia universitarios a los que les tengo mucho cariño. También busco información en Internet, pero confío menos porque puedes encontrarte opiniones y fechas que inducen a error.

E.B. En estos días he estado leyendo Embrujo Seductor, donde la protagonista, igual que la de Las espinas del amor, era de nuestra tierra. ¿Hay algún motivo en especial por el cual tus heroínas de ficción lleven «sangre española»?

A.G. Cuando escribo, tengo la obligación de calzarme las sandalias de la protagonista, debo de andar con ellas y comprobar por mí misma las chinas que tienen, por ese motivo me siento incapaz de escribir con coherencia las emociones de una mujer inglesa, americana, etc. ¿Por qué? Piensan de forma diferente. Siglos de normas, reglas, costumbres, hacen que sus sentimientos y comportamiento en general sea distinto al de una mujer española. A la hora de enfrentar las dificultades, encarar los sentimientos, las españolas no se comportan igual, digo esto porque he tenido la oportunidad de viajar a diferentes países, y he comprobado de primera mano estas diferencias. ¡Y qué diantres! Las españolas son mujeres inteligentes, decididas, valientes. Con una pizca de mal genio, y un sentido de humor excelente. En resumen, imprescindibles para el papel de protagonistas.

E.B. Los que están leyendo esta entrevista, probablemente ya tienen en sus manos El carcelero de Isbiliya. ¿Qué te movió a escribir esta historia y qué mensaje querías transmitir a tus lectores?

A.G. El carcelero es un reto que me ha quitado muchas horas de sueño. Está ambientada en una época riquísima en conocimientos, arquitectura, medicina, a pesar de los tiempos convulsos propiciados por la intolerancia religiosa. Me atraía la idea de unir dos mundos completamente diferentes, porque a pesar de las guerras, ideología, principios, el amor sigue siendo el motor que mueve montañas. ¿El mensaje? Lograr una relación creíble para los lectores entre una protagonista cristiana y un protagonista musulmán. Pero recuerdo a los lectores/as que un rey cristiano, Alfonso VI, se casó con Zaida, la hija de Al Mutamid. Historias de amor dispares ha habido siempre sin importar el contexto; religioso, político, ideológico…

E.B. Explícanos un poquito cómo ha sido trabajar con editorial Planeta, uno de los «monstruos» editoriales del país.

A.G. La pregunta debería ser, ¿ha sido difícil para Planeta trabajar con Arlette?…;) Me considero afortunada porque he podido colaborar con un grupo de auténticos profesionales, pero no solo en Planeta, también en Via Magna y Vestales.

E.B. Sabemos que te mueves como pez en el agua en el género romántico, pero… ¿alguna vez te has planteado escribir algo diferente, como terror o suspense?

A.G. Bueno, escribo desde la niñez, y de mi puño y letra han salido historias muy diferentes y de géneros diversos, una novela de intriga quedó finalista en un certamen literario, pero no puedo decir nada sobre ella porque en este momento está en un concurso. ¿Escribir novelas de terror? No me lo he planteado, ¿no hay que ser serio como Stephen King?... Esta vena risueña que tengo, me crearía un montón de problemas a la hora de inventar un monstruo o psicópata. El suspense sí que me atrae, pero seguiría metiendo en cada historia un tío cachasrebuenodelamuerte, no tengo remedio…;)

E.B. «El libro ha muerto. ¡Viva el e-book!». ¿Verdadero? ¿Falso? ¿Pueden coexistir amigablemente las viejas costumbres y las nuevas tecnologías?

A.G. Personalmente me encanta tocar el papel, pasar las páginas, observar como me contemplan desde su altura en mi estantería, pero es una realidad que vivimos en colmenas, en lugares cada vez más pequeños y es lógico que ambos formatos lleguen a coexistan sin detrimento el uno del otro. Pero nunca renunciaré al papel, al menos en esta vida.

E.B. La publicidad, la promoción y el marketing son «vitales» para que cualquier producto se comercialice debidamente y llegue a un mayor número de consumidores (lectores en nuestro caso). Internet ayuda en este proceso a través de webs, blogs y redes sociales virtuales. ¿Qué te ha aportado a ti todo ese mundillo ciberespacial?

A.G. ¿Al principio? Un dolor de cabeza. Ahora no podría vivir sin internet. Resulta muy útil y práctico, me ayuda a mantener el contacto con compañeros de pluma, intercambiar archivos sin moverme del sitio. Mantener el contacto con los lectores sobre mis escritos, esto último no tiene precio. Es algo muy hermoso recibir un correo que te habla de tus protagonistas. Lectores que te cuentan lo emocionados que se han sentido al leer una de mis historias. Es una sensación maravillosa, e internet lo hace posible.

E.B. ¿Cómo compatibilizas tu vida como mujer con tu vida como escritora? ¿Qué tiempo le dedicas a la escritura, cómo organizas tu día a día?

A.G. Es un salto de obstáculos, y cada vez las vallas son más altas. Pero adoro escribir, no podría pasarme un día sin tratar de plasmar esa sonrisa que hace que nuestro corazón rebose felicidad y dicha. Aunque no escribo todos los días, me resultaría imposible porque hay momentos negros, espesos donde las emociones parecen losas de molino, y en esos días fríos de ideas me dedico a buscar información que necesito, invento y pinto los diferentes atuendos de los protagonistas, hago los planos de las viviendas, de ese modo puedo desplazarme cuando escribo sin dificultad por el papel, tengo una visión completa del mundo que rodea a mis heroes. Esos detalles, aunque parezcan carentes de importancia, tienen mucho peso y enriquecen el argumento de la novela.

E.B. Viajar libera tu mente y te despoja de prejuicios. ¿En qué medida tus viajes y tus experiencias como ciudadana del mundo influyen en tus escritos?

A.G. Recuerdo mi primera visita a Inglaterra, concretamente a Cornualles, y para una española besucona como yo, quedarse los primeros días besando el aire, resultaba bastante desolador. Quizás como vivo en un lugar cálido, donde el sol se muestra generoso día tras día, ha condicionado mi carácter, pero quiero pensar que no, que los condicionados son ellos, porque no hay nada mejor que la alegría y el optimismo para vivir la vida como un premio y no como una carga. Por eso me parece imprescindible dotar a mis protagonistas de esos sentimientos gratos, vivos, y que dan a la trama ese punto de algazara que tanto suele gustar.

E.B. El carcelero de Isbiliya «salió» de un concurso. ¿Son éstos una buena opción para el escritor que aspira al éxito? ¿Qué o quién te animó a presentarte?

A.G. Una amiga me dijo hace poco, Arlette, a finalista llegan los mejores, y ganan los que tienen suerte o padrino. El jurado de Planeta se leyó mi manuscrito, lo valoró hasta el punto de incluirlo como finalista. ¿Mereció la pena el esfuerzo? Absolutamente sí. Con respecto a animarme para presentarme, fueron mi amigo Chemary y mi esposo. Terminé la novela días antes de que finalizara el plazo de recepción de manuscritos, y me dijeron “el no, ya lo tienes, y la novela es de diez, hazlo”. Y entre los diez se quedó…;)

E.B. Y no, no te vas a librar de la pregunta tópica y típica: ¿Qué se le dice a un escritor novel o a cualquiera que quiere probar fortuna en el mundillo literario y editorial?

A.G. ¿Tópica? Los escritores y pintores triunfan después de muertos. ¿Típica? Sigue a tu corazón, no permitas que nadie barra con tus ilusiones, las losas de la indecisión y la duda. Un solo lector que te diga sobre tu escrito, “me ha emocionado”, vale mucho más que mil opiniones que te digan “para encender el fuego”.

Aunque estas palabras de típicas no tienen nada.