Hoy
tenemos entre nosotros a una veterana de las letras, una lectora compulsiva y
una autora a la que no debemos perder la pista. Ayer salió a la venta su
segunda novela, Los ojos del bosque.
De eso y mucho más nos habla la autora en esta extensa entrevista que seguro
hará las delicias de sus lectores.
Biografía:
Lydia Leyte nació en la Rioja , aunque vive desde
niña en el sur de Galicia. Su trabajo, como profesora de Lengua española en un
instituto, y su gran afición a la lectura de diversos géneros, la impulsaron a
probar suerte en la escritura.
Es autora de novelas de suspense
romántico, actividad a la que dedica en la actualidad todo su tiempo. En 2011
publicó El Fuego envuelve tu nombre,
editada por La Máquina
China.
Los
ojos del Bosque es la
primera novela que publica Manderley.
Ante todo, Julia, quiero darte las
gracias por haber pensado en mí para responder a esta entrevista. Eres muy
amable.
Sinopsis
de Los ojos del bosque:
Bajo
su aparente fragilidad, Cristina Olabide posee la dureza del acero. Es una
mujer tenaz que lucha sola por sacar a flote su taller de confección artesanal
de prendas de lana y la casa de turismo rural instalada en el torreón familiar.
Todo marcha según sus planes, hasta que Bruno Elorza, un seductor con ojos de
poeta, propietario de una promotora bilbaína, decide construir un hotel de lujo
con spa justo al lado. Un día se conocen por casualidad. Sin saber que ambos
están enfrentados, se dejan arrastrar
por una pasión irrefrenable. Pero la cruda realidad se impone, y les obliga a
debatirse entre el deber y el amor.
Al
tiempo que batallan contra la intensidad de sus sentimientos, se ven
involucrados en una serie de episodios violentos que hunden sus raíces en el
pasado. Cristina descubre de la peor manera posible un antiguo secreto
silenciado durante años.
Entrevista
DL.
Háblanos de la portada de tu novela, ¿quién la diseñó y qué le muestra al
lector?
LL. La diseñadora, María Pérez-Aguilera ha conseguido
captar la esencia de la novela, ya que muestra dos elementos fundamentales. Por
un lado, la protagonista. Su imagen
está cargada de sugerencias (ingenuidad —la melena al viento—, erotismo —el hombro
desnudo—, alejamiento de la realidad —la atracción que el bosque ejerce sobre
ella). Y por otro, el color. Los
verdes y los pardos casi desaparecen frente a ese foco de luz intensa que sugiere
los misterios que encierra el bosque.
DL.
¿Cómo clasificarías Los ojos del bosque
en cuánto al género?
LL. Los ojos del bosque es una novela romántica contemporánea. Aunque
no se queda solo ahí. Junto a esta trama aparecen otras de suspense, bastante
complejas. Y una, con fondo histórico, la de un personaje del pasado, que se
desvela al final, en una historia independiente.
DL.
Espacio y tiempo. ¿Dónde y cuándo transcurre la historia?
LL. Hace años leí en una novela de
Agatha Christie una frase que me impactó: “Los grandes pecados tienen largas
sombras”.
Podemos aplicarla a Los ojos del Bosque. Si nos referimos al
tiempo externo, la historia principal transcurre en la época actual, pero hay muchas referencias a esos “pecados” del
pasado familiar de Cristina Olabide, la protagonista. Si lo hacemos al tiempo
interno, o sea a lo que dura la acción, la novela se centra en los tres meses del otoño.
La novela se desarrolla al sur de
Navarra, lindando con La Rioja ,
en torno al valle del río Alhama, que es en cierto modo el eje conductor entre
el pasado y el presente. El lugar surgió después de un viaje que hicimos mi
marido y yo a la zona. Me produjo una gran impresión, por su belleza dura,
árida, potente.
Además, de la mano de diversos
personajes viajaremos a Biarritz, Buenos Aires, Bilbao y París.
DL.
¿Cuál es tu personaje más querido y cuál dirías que se identifica menos o nada
contigo?
LL. No sé si tengo algún personaje más
querido y otro más odiado. Todos han salido de mi mente, los he construido con
cariño, con sus defectos y sus virtudes.
Si tuviera que elegir, me atrae la
protagonista, Cristina Olabide, por
esa mezcla de orgullo, empuje, fuerza y vulnerabilidad. Y otros tres personajes
femeninos que giran en torno a ella, y que en cierto punto son el contrapunto,
por su visión distinta de la vida: Nathalie
Gaumont, la mujer de cierta edad que está convencida de tener dotes de
adivinadora; Cruz, la amiga desde la
niñez, y Amparo, la tata, la
guardiana hosca, pero fiel y cariñosa, de la torre Olabide.
Y quizás, el que menos, Julián
Olabide. Un vividor, amoral y egoísta. A mi juicio, débil de carácter.
DL.
¿Algún proyecto en el tintero?
LL. Por supuesto. Terminar una novela
romántica histórica, que trascurre en el Portugal de los años 20, y que lleva
demasiado tiempo esperando su turno. Y reorganizar otra que ya está escrita, de
romance contemporáneo, en la que hay una trama de suspense que roza con lo
onírico.
DL.
¿Algún sueño por cumplir?
LL. ¿Qué sería del ser humano sin
sueños? Solo con ellos podemos crecer como personas y como profesionales, en
este caso de la escritura. Mi sueño inmediato es publicar pronto la siguiente
novela y que pueda llegar cuanto antes a los lectores.
DL.
¿Cómo definirías tu relación con tus lectores?
LL. No soy una escritora conocida.
Esta es mi segunda novela publicada. Hay lectores, y excelentes compañeras en
la escritura, que recuerdan mi anterior novela y que están esperando Los ojos del Bosque con ilusión. Espero
no defraudarles.
Por lo demás, como persona me siento
muy querida, y respetada, por un amplio grupo de lectoras de novela romántica,
con las que coincido casi a diario en las redes sociales, y de tanto en tanto en
distintos eventos. Para mí es un honor tener su amistad, cariño y
consideración.
DL.
¿Cuáles son tus autores de referencia?
LL. Dentro de la novela romántica, las
escritoras que saben unir amor y suspense. Véase Karen Rose, Pamela Clare, o
Linda Howard, por poner ejemplos concretos. Soy una auténtica consumidora de
novelas de Nora Roberts.
Me gusta la novela policial y de
suspense, desde los nórdicos a los europeos del sur (como Petro Markaris, Andrea
Camillero, Donna Leon, o Carofiglio, sin olvidar al español Tristante) con los
que tanto me divierto
DL.
¿Qué lugar ocupa la música en tu vida como escritora?
LL. La música es una parte activa de
mi vida, y por supuesto de mis novelas. Es un recurso que utilizo para definir
la personalidad de los individuos que corren por sus páginas. Por ejemplo, en Los Ojos del Bosque, Cristina Olabide,
apegada a su casa, a su herencia, y en cierto modo al pasado, escucha música
clásica. En una escena, que comienza con un tibio encuentro con Bruno Elorza y
termina en verdadera pasión, suena de fondo la Obertura de Las Hébridas, de Mendelssohn.
DL.
¿Amor sin sexo o sexo sin amor?
LL. Amor, amor y amor. El sexo es solo
la parte más llamativa. La pasión, una vez que se serena, desemboca en el amor
intenso.
Tal vez si esto mismo me lo hubieras
preguntado veinte años atrás, mi respuesta habría sido distinta, jajajaja. La
edad te hace madurar en muchos aspectos, también en la relación con el otro.
DL.
¿Qué opinas del “boom” de la novela erótica en España?
LL. La literatura está llena de
“boom”. Momentos en los que triunfa un género o un estilo sobre otro. Son el
resultado de la necesidad de experimentar, tanto de las escritoras como de los
lectores. Reconozco que el erotismo solo, sin más, no me llama la atención,
aunque los escritores que se dediquen a él merecen todo mi respeto. Solo una
persona que escribe sabe lo que cuesta idear, organizar y pulir una novela. Son
horas y esfuerzo, a veces llenas de
dicha; otras cargadas de frustración. Cualquiera que ponga su empeño en ello,
merece mi aplauso. Y si tiene seguidores, aún mejor.
DL.
¿Qué prefieres como autora: drama o comedia?
LL. Sin dudarlo: ambas. La vida, como
decía Lope de Vega en el siglo XVII, tiene una parte de drama y otra de
comedia. La una no podría existir sin la otra. Lo importante es conjugar ambas.
Y en una novela es esencial hacerlo de manera equilibrada.