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jueves, 7 de febrero de 2013

Entrevista a Lydia Leyte, autora de Los ojos del bosque


           Hoy tenemos entre nosotros a una veterana de las letras, una lectora compulsiva y una autora a la que no debemos perder la pista. Ayer salió a la venta su segunda novela, Los ojos del bosque. De eso y mucho más nos habla la autora en esta extensa entrevista que seguro hará las delicias de sus lectores.

Biografía:
Lydia Leyte nació en la Rioja, aunque vive desde niña en el sur de Galicia. Su trabajo, como profesora de Lengua española en un instituto, y su gran afición a la lectura de diversos géneros, la impulsaron a probar suerte en la escritura.
Es autora de novelas de suspense romántico, actividad a la que dedica en la actualidad todo su tiempo. En 2011 publicó El Fuego envuelve tu nombre, editada por La Máquina China.

Los ojos del Bosque es la primera novela que publica Manderley.

Ante todo, Julia, quiero darte las gracias por haber pensado en mí para responder a esta entrevista. Eres muy amable.



Sinopsis de Los ojos del bosque:
Bajo su aparente fragilidad, Cristina Olabide posee la dureza del acero. Es una mujer tenaz que lucha sola por sacar a flote su taller de confección artesanal de prendas de lana y la casa de turismo rural instalada en el torreón familiar. Todo marcha según sus planes, hasta que Bruno Elorza, un seductor con ojos de poeta, propietario de una promotora bilbaína, decide construir un hotel de lujo con spa justo al lado. Un día se conocen por casualidad. Sin saber que ambos están enfrentados,  se dejan arrastrar por una pasión irrefrenable. Pero la cruda realidad se impone, y les obliga a debatirse entre el deber y el amor.
Al tiempo que batallan contra la intensidad de sus sentimientos, se ven involucrados en una serie de episodios violentos que hunden sus raíces en el pasado. Cristina descubre de la peor manera posible un antiguo secreto silenciado durante años. 



Entrevista

DL. Háblanos de la portada de tu novela, ¿quién la diseñó y qué le muestra al lector?

LL. La diseñadora, María Pérez-Aguilera ha conseguido captar la esencia de la novela, ya que muestra dos elementos fundamentales. Por un lado, la protagonista. Su imagen está cargada de sugerencias (ingenuidad —la melena al viento—, erotismo —el hombro desnudo—, alejamiento de la realidad —la atracción que el bosque ejerce sobre ella). Y por otro, el color. Los verdes y los pardos casi desaparecen frente a ese foco de luz intensa que sugiere los misterios que encierra el bosque.

DL. ¿Cómo clasificarías Los ojos del bosque en cuánto al género?

LL. Los ojos del bosque es una novela romántica contemporánea. Aunque no se queda solo ahí. Junto a esta trama aparecen otras de suspense, bastante complejas. Y una, con fondo histórico, la de un personaje del pasado, que se desvela al final, en una historia independiente. 

DL. Espacio y tiempo. ¿Dónde y cuándo transcurre la historia?

LL. Hace años leí en una novela de Agatha Christie una frase que me impactó: “Los grandes pecados tienen largas sombras”.
Podemos aplicarla a Los ojos del Bosque. Si nos referimos al tiempo externo, la historia principal transcurre en la época actual, pero hay muchas referencias a esos “pecados” del pasado familiar de Cristina Olabide, la protagonista. Si lo hacemos al tiempo interno, o sea a lo que dura la acción, la novela se centra en los tres meses del otoño.
La novela se desarrolla al sur de Navarra, lindando con La Rioja, en torno al valle del río Alhama, que es en cierto modo el eje conductor entre el pasado y el presente. El lugar surgió después de un viaje que hicimos mi marido y yo a la zona. Me produjo una gran impresión, por su belleza dura, árida, potente.
Además, de la mano de diversos personajes viajaremos a Biarritz, Buenos Aires, Bilbao y París.

DL. ¿Cuál es tu personaje más querido y cuál dirías que se identifica menos o nada contigo?

LL. No sé si tengo algún personaje más querido y otro más odiado. Todos han salido de mi mente, los he construido con cariño, con sus defectos y sus virtudes.
Si tuviera que elegir, me atrae la protagonista, Cristina Olabide, por esa mezcla de orgullo, empuje, fuerza y vulnerabilidad. Y otros tres personajes femeninos que giran en torno a ella, y que en cierto punto son el contrapunto, por su visión distinta de la vida: Nathalie Gaumont, la mujer de cierta edad que está convencida de tener dotes de adivinadora; Cruz, la amiga desde la niñez, y Amparo, la tata, la guardiana hosca, pero fiel y cariñosa, de la torre Olabide.
Y quizás, el que menos, Julián Olabide. Un vividor, amoral y egoísta. A mi juicio, débil de carácter.

DL. ¿Algún proyecto en el tintero?

LL. Por supuesto. Terminar una novela romántica histórica, que trascurre en el Portugal de los años 20, y que lleva demasiado tiempo esperando su turno. Y reorganizar otra que ya está escrita, de romance contemporáneo, en la que hay una trama de suspense que roza con lo onírico.

DL. ¿Algún sueño por cumplir?

LL. ¿Qué sería del ser humano sin sueños? Solo con ellos podemos crecer como personas y como profesionales, en este caso de la escritura. Mi sueño inmediato es publicar pronto la siguiente novela y que pueda llegar cuanto antes a los lectores.

DL. ¿Cómo definirías tu relación con tus lectores?

LL. No soy una escritora conocida. Esta es mi segunda novela publicada. Hay lectores, y excelentes compañeras en la escritura, que recuerdan mi anterior novela y que están esperando Los ojos del Bosque con ilusión. Espero no defraudarles.
Por lo demás, como persona me siento muy querida, y respetada, por un amplio grupo de lectoras de novela romántica, con las que coincido casi a diario en las redes sociales, y de tanto en tanto en distintos eventos. Para mí es un honor tener su amistad, cariño y consideración.

DL. ¿Cuáles son tus autores de referencia?

LL. Dentro de la novela romántica, las escritoras que saben unir amor y suspense. Véase Karen Rose, Pamela Clare, o Linda Howard, por poner ejemplos concretos. Soy una auténtica consumidora de novelas de Nora Roberts.
Me gusta la novela policial y de suspense, desde los nórdicos a los europeos del sur (como Petro Markaris, Andrea Camillero, Donna Leon, o Carofiglio, sin olvidar al español Tristante) con los que tanto me divierto

DL. ¿Qué lugar ocupa la música en tu vida como escritora?

LL. La música es una parte activa de mi vida, y por supuesto de mis novelas. Es un recurso que utilizo para definir la personalidad de los individuos que corren por sus páginas. Por ejemplo, en Los Ojos del Bosque, Cristina Olabide, apegada a su casa, a su herencia, y en cierto modo al pasado, escucha música clásica. En una escena, que comienza con un tibio encuentro con Bruno Elorza y termina en verdadera pasión, suena de fondo la Obertura de Las Hébridas, de Mendelssohn.

DL. ¿Amor sin sexo o sexo sin amor?

LL. Amor, amor y amor. El sexo es solo la parte más llamativa. La pasión, una vez que se serena, desemboca en el amor intenso.
Tal vez si esto mismo me lo hubieras preguntado veinte años atrás, mi respuesta habría sido distinta, jajajaja. La edad te hace madurar en muchos aspectos, también en la relación con el otro.

DL. ¿Qué opinas del “boom” de la novela erótica en España?

LL. La literatura está llena de “boom”. Momentos en los que triunfa un género o un estilo sobre otro. Son el resultado de la necesidad de experimentar, tanto de las escritoras como de los lectores. Reconozco que el erotismo solo, sin más, no me llama la atención, aunque los escritores que se dediquen a él merecen todo mi respeto. Solo una persona que escribe sabe lo que cuesta idear, organizar y pulir una novela. Son horas y esfuerzo,  a veces llenas de dicha; otras cargadas de frustración. Cualquiera que ponga su empeño en ello, merece mi aplauso. Y si tiene seguidores, aún mejor.

DL. ¿Qué prefieres como autora: drama o comedia?

LL. Sin dudarlo: ambas. La vida, como decía Lope de Vega en el siglo XVII, tiene una parte de drama y otra de comedia. La una no podría existir sin la otra. Lo importante es conjugar ambas. Y en una novela es esencial hacerlo de manera equilibrada.