Devoradora de libros ha cumplido ¡¡¡3 años!!!. Se creó el 1 de diciembre de 2008 y desde entonces ha pasado de todo, bueno, malo y regular. A día de hoy sumamos (por lo menos) 7.325 visitas, y pongo "por lo menos" entre paréntesis porque el contador lo instalé en febrero de este año... no puedo imaginar la cantidad de visitas que recogió el blog desde su nacimiento hasta esa fecha, quizá hayamos alcanzado ya las 10.000, ¡quién sabe! En cualquier caso, tanto si son 10, como si son 10.000, quiero agradeceros a todos vuestro interés y vuestro apoyo; todos y cada uno de vuestros comentarios son preciosos para mí y tienen un lugar de honor en mi memoria y en mi corazón. Hemos pasado de todo y lo hemos pasado juntos, eso es lo importante. Este año 2011 ha sido mágico en más de un sentido, he visto cumplidos algunos sueños muy caros y casi imposibles. Gracias a uno de esos "sueños cumplidos" puedo ofreceros hoy este post. No se me ocurre mejor modo de celebrar este tercer cumpleaños que entrevistando a una autora a la que conozco muy, muy bien y desde hace muchos, muchos años; desde el pasado mes de abril ella se adentró en la blogosfera, y lo hizo con una épica historia que ya ha seducido a más de un centenar de lectores (109 facebookeros son seguidores de Criatura de fuego, criatura de luz según el último recuento). Hoy ha venido a hablarnos de ella, de su vida, de su pasión por las letras y, cómo no, de Thèramon... Dejemos que sea ella quien nos desnude su alma y comparta con nosotros sus más íntimos anhelos...
J. ¿Por qué escribes y en qué o en quién piensas cuando lo haces? ¿Por qué escribes y en qué o en quién piensas cuando lo haces?
B. Me preguntas: ¿por qué escribes? Yo te pregunto: ¿por qué respiras?
Me dirás que respirar es un acto mecánico, algo que haces sin pensar, de manera automática, que no es algo que te propongas y que no te cuesta ningún esfuerzo. Podrías responder que respiras porque naciste con esa capacidad, porque todo tu ser lo necesita, porque si dejaras de hacerlo morirías.
Y yo te respondería: bien, ahora sabes por qué escribo.
Y ahora dime, ¿en qué o en quién piensas cuando respiras?
Pues yo, más o menos lo mismo.
J. No siempre has escrito fantasía. ¿Qué te impulsó a cambiar de registro? ¿De dónde nació la idea de Thèramon?
B. No fue premeditado. Estaba leyendo a Stephen King, como de costumbre. Es mi autor preferido. En su libro “Mientras Escribo”, King incluyó un poema escrito por su esposa, y de ese poema nació la idea. Mis Musas se pusieron manos a la obra, y la obra se fue escribiendo. Se titulaba “De dragones y unicornios”. No sabía que estaba cambiando de registro, era una novela más, otra historia que quería ser contada. Transcurría en un mundo fantástico, pero no se diferenciaba mucho de mis anteriores historias. El tono y el ritmo eran los mismos de siempre. Los nombres eran peculiares, pero me parecían apropiados para ese nuevo mundo. De la necesidad de explicar el origen de esos nombres nació un lenguaje. Y, como era el idioma de los dioses, los dioses se manifestaron. De la nada, surgió una teogonía completa. El mundo cobró vida, se transformó, se hizo grande, cambió de nombre. Dejó de ser el escenario ficticio en el que transcurría una historia. Se convirtió en la historia.
Fue entonces cuando comprendí que no iba a ser una novela más.
J. ¿Qué son las “Historias de Thèramon” y qué representan para ti?
B. Cuando Thèramon recibió su nuevo nombre, dejó de ser el escenario y se convirtió en el protagonista indiscutible. Es un universo complejo en el que tienen cabida infinidad de historias, pues son miles de años los que han transcurrido desde su creación, repartidos en ocho Eras. Las posibilidades son infinitas. “De dragones y unicornios” no era un título apropiado, por sí solo no daba una idea de todo lo que hay detrás. Busqué un nuevo título. Crónicas de Thèramon, Ecos de Thèramon... la primera fórmula es casi un tópico dentro del género fantástico, la segunda me sonaba demasiado onírica, no acababa de encajar con mi prosa. Me decidí por lo más sencillo y directo. “Historias de Thèramon”, pues eso es lo que son. Muchas historias independientes y paralelas que tienen lugar en un mundo que ya no deseo abandonar.
Thèramon es mi Torre Oscura. Mi búsqueda personal. Mi proyecto más ambicioso. El lugar en el que viven todos mis sueños. Dicen los que han leído alguna de mis novelas anteriores que he encontrado mi historia, mi género literario, el mundo en el que desarrollar todo mi talento narrativo.
J. ¿Qué hubo antes de Thèramon, y qué habrá después, cuando la novela esté ya publicada y en manos de los ávidos lectores?
B. Antes de Thèramon fue Berindei, la nada infinita, un largo camino en busca de mi propia historia, sin más compañía que los libros de otros y sin más equipaje que un bolígrafo y un cuaderno; búsqueda interior, sueños románticos, soledad y tristeza, rabia, mi visión personal del mundo que me rodeaba, ideas que se convertían en novelas largas, dificultad para resumir, aprendizaje, escritura automática, ocho novelas terminadas en las que se fue definiendo mi estilo: prosa sencilla, buen ritmo narrativo, cierta musicalidad. Y Stephen King, siempre inspirando a mis Musas.
Después nació Thèramon, y el Vacío se convirtió en Viorel, un universo lleno de vida, complejo y hermoso, nacido de la ilusión y del amor; un viaje en busca de la consecución de mis sueños, fe en el futuro, muchas historias que contar y compañeros de viaje con los que compartirlas.
¿Qué habrá después? Voy a ser positiva y a pensar que la primera novela va a ver la luz muy pronto y que va a llegar a mucha gente. Que los lectores decidan si quieren más Historias de Thèramon. Yo voy a seguir escribiéndolas. Nunca me he sentido tan viva y tan feliz como este último año.
J. Todos los autores tienen algún libro que les marcó desde la infancia y que guardan como oro en paño, ¿cuál es el tuyo?
B. Calila y Dimna, la versión castellana del Panchatantra indio. Una obra universal, diría que de obligada lectura. Es una colección de fábulas entretejidas en medio de una historia que habla de lealtad, envidia, traición, amistad, dudas y valor. Hace treinta años que lo tengo, es mi libro más antiguo y el más querido.
J. Muchos escritores “presumen” de ser unos neuróticos llenos de manías y alguna que otra superstición a la hora de “alumbrar” sus novelas. ¿Cómo te defines tú?
B. Oh, yo soy una persona muy normal. Me siento delante de la hoja en blanco y espero. Las Musas hacen el resto. Siempre ha sido así, te lo he dicho, escribir es como respirar, sale sin necesidad de pensar en ello.
Hace diez años ponía música de fondo, a veces clásica y a veces rock duro. Ahora prefiero el silencio. No tengo un cuaderno de notas, a veces apunto alguna palabra nueva para el diccionario thèramónico, pero no sigo una guía, las ideas están en mi cabeza y las Musas las utilizan cuando les parece mejor. Hasta este año escribía a mano, pero he descubierto que el teclado es tan rápido como el bolígrafo. No, no tengo manías, soy una persona muy normal (a la hora de escribir, quiero decir, jajaja)
J. En los últimos tiempos cine y literatura van de la mano. ¿Te imaginas a los personajes de Thèramon en la pantalla grande, delegarías en alguien la elaboración del guión o eres de los que piensan: “Si quieres algo bien hecho, hazlo tú mismo”?
B. Si quiero un trabajo bien hecho, lo hago yo misma, naturalmente.
Thèramon llevado al cine sería como las películas de Harry Potter: magníficos efectos especiales, animación por ordenador y, con suerte, una música de las que hacen que se te ponga la piel de gallina; pero decepcionante al final, porque una gran historia no se puede resumir en hora y media, y menos aún cuando el argumento se ve subordinado a lo visual. Peter Jackson hizo un trabajo fantástico con El Señor de los Anillos, pero por lo general las películas no son tan fieles a los libros en los que se basan. Pregúntamelo el año que viene, igual habré cambiado de opinión; este año, prefiero imaginar Thèramon en papel y sin que nadie haya tocado ni una coma de lo que yo he escrito.
J. Desde el punto de vista personal, ¿son las Historias de Thèramon un punto de ruptura entre dos etapas?
B. Definitivamente, sí. No sólo en lo literario, también en lo personal. Pero ya he hablado de ello antes, y no quiero repetirme.
J. La fantasía es entretenimiento y evasión y en estos tiempos de crisis parece que la gente necesita desesperadamente algo que “la desconecte de la triste realidad que vive”, ¿cumple Thèramon con ese objetivo?
B. Yo diría que sí. Pero creo que esta pregunta deberían contestarla los lectores. Dime, ¿a ti te entretiene Thèramon?
J. El mundo literario y editorial… ¿es el mismo ahora que cuando empezaste a escribir o no tiene nada que ver? ¿Valoras el cambio en positivo o en negativo?
B. Cuando yo empecé a escribir, no tenía ni idea de cómo funcionaba el mundo editorial. Ni me planteaba publicar mis novelas. Escribir me hacía feliz, nada más importaba. Ahora... bien, ahora no es que sepa mucho más que entonces. ¿No querrías dejar esta pregunta para dentro de un año? Que todavía no he empezado mi aventura en busca de editorial...
J. Y por último, cítanos a tres de tus autores preferidos y el primer libro que quieres leer en el nuevo año 2012… si lo hay.
B. Stephen King, J.R.R Tolkien, Laura Gallego.
Te puedo decir el título del primer libro que leeré en 2012, lleva dos semanas esperando en mi mesita de noche, es mi plan para esta Nochevieja: “Todo oscuro, sin estrellas”, de Stephen King.
B. Me preguntas: ¿por qué escribes? Yo te pregunto: ¿por qué respiras?
Me dirás que respirar es un acto mecánico, algo que haces sin pensar, de manera automática, que no es algo que te propongas y que no te cuesta ningún esfuerzo. Podrías responder que respiras porque naciste con esa capacidad, porque todo tu ser lo necesita, porque si dejaras de hacerlo morirías.
Y yo te respondería: bien, ahora sabes por qué escribo.
Y ahora dime, ¿en qué o en quién piensas cuando respiras?
Pues yo, más o menos lo mismo.
J. No siempre has escrito fantasía. ¿Qué te impulsó a cambiar de registro? ¿De dónde nació la idea de Thèramon?
B. No fue premeditado. Estaba leyendo a Stephen King, como de costumbre. Es mi autor preferido. En su libro “Mientras Escribo”, King incluyó un poema escrito por su esposa, y de ese poema nació la idea. Mis Musas se pusieron manos a la obra, y la obra se fue escribiendo. Se titulaba “De dragones y unicornios”. No sabía que estaba cambiando de registro, era una novela más, otra historia que quería ser contada. Transcurría en un mundo fantástico, pero no se diferenciaba mucho de mis anteriores historias. El tono y el ritmo eran los mismos de siempre. Los nombres eran peculiares, pero me parecían apropiados para ese nuevo mundo. De la necesidad de explicar el origen de esos nombres nació un lenguaje. Y, como era el idioma de los dioses, los dioses se manifestaron. De la nada, surgió una teogonía completa. El mundo cobró vida, se transformó, se hizo grande, cambió de nombre. Dejó de ser el escenario ficticio en el que transcurría una historia. Se convirtió en la historia.
Fue entonces cuando comprendí que no iba a ser una novela más.
J. ¿Qué son las “Historias de Thèramon” y qué representan para ti?
B. Cuando Thèramon recibió su nuevo nombre, dejó de ser el escenario y se convirtió en el protagonista indiscutible. Es un universo complejo en el que tienen cabida infinidad de historias, pues son miles de años los que han transcurrido desde su creación, repartidos en ocho Eras. Las posibilidades son infinitas. “De dragones y unicornios” no era un título apropiado, por sí solo no daba una idea de todo lo que hay detrás. Busqué un nuevo título. Crónicas de Thèramon, Ecos de Thèramon... la primera fórmula es casi un tópico dentro del género fantástico, la segunda me sonaba demasiado onírica, no acababa de encajar con mi prosa. Me decidí por lo más sencillo y directo. “Historias de Thèramon”, pues eso es lo que son. Muchas historias independientes y paralelas que tienen lugar en un mundo que ya no deseo abandonar.
Thèramon es mi Torre Oscura. Mi búsqueda personal. Mi proyecto más ambicioso. El lugar en el que viven todos mis sueños. Dicen los que han leído alguna de mis novelas anteriores que he encontrado mi historia, mi género literario, el mundo en el que desarrollar todo mi talento narrativo.
J. ¿Qué hubo antes de Thèramon, y qué habrá después, cuando la novela esté ya publicada y en manos de los ávidos lectores?
B. Antes de Thèramon fue Berindei, la nada infinita, un largo camino en busca de mi propia historia, sin más compañía que los libros de otros y sin más equipaje que un bolígrafo y un cuaderno; búsqueda interior, sueños románticos, soledad y tristeza, rabia, mi visión personal del mundo que me rodeaba, ideas que se convertían en novelas largas, dificultad para resumir, aprendizaje, escritura automática, ocho novelas terminadas en las que se fue definiendo mi estilo: prosa sencilla, buen ritmo narrativo, cierta musicalidad. Y Stephen King, siempre inspirando a mis Musas.
Después nació Thèramon, y el Vacío se convirtió en Viorel, un universo lleno de vida, complejo y hermoso, nacido de la ilusión y del amor; un viaje en busca de la consecución de mis sueños, fe en el futuro, muchas historias que contar y compañeros de viaje con los que compartirlas.
¿Qué habrá después? Voy a ser positiva y a pensar que la primera novela va a ver la luz muy pronto y que va a llegar a mucha gente. Que los lectores decidan si quieren más Historias de Thèramon. Yo voy a seguir escribiéndolas. Nunca me he sentido tan viva y tan feliz como este último año.
J. Todos los autores tienen algún libro que les marcó desde la infancia y que guardan como oro en paño, ¿cuál es el tuyo?
B. Calila y Dimna, la versión castellana del Panchatantra indio. Una obra universal, diría que de obligada lectura. Es una colección de fábulas entretejidas en medio de una historia que habla de lealtad, envidia, traición, amistad, dudas y valor. Hace treinta años que lo tengo, es mi libro más antiguo y el más querido.
J. Muchos escritores “presumen” de ser unos neuróticos llenos de manías y alguna que otra superstición a la hora de “alumbrar” sus novelas. ¿Cómo te defines tú?
B. Oh, yo soy una persona muy normal. Me siento delante de la hoja en blanco y espero. Las Musas hacen el resto. Siempre ha sido así, te lo he dicho, escribir es como respirar, sale sin necesidad de pensar en ello.
Hace diez años ponía música de fondo, a veces clásica y a veces rock duro. Ahora prefiero el silencio. No tengo un cuaderno de notas, a veces apunto alguna palabra nueva para el diccionario thèramónico, pero no sigo una guía, las ideas están en mi cabeza y las Musas las utilizan cuando les parece mejor. Hasta este año escribía a mano, pero he descubierto que el teclado es tan rápido como el bolígrafo. No, no tengo manías, soy una persona muy normal (a la hora de escribir, quiero decir, jajaja)
J. En los últimos tiempos cine y literatura van de la mano. ¿Te imaginas a los personajes de Thèramon en la pantalla grande, delegarías en alguien la elaboración del guión o eres de los que piensan: “Si quieres algo bien hecho, hazlo tú mismo”?
B. Si quiero un trabajo bien hecho, lo hago yo misma, naturalmente.
Thèramon llevado al cine sería como las películas de Harry Potter: magníficos efectos especiales, animación por ordenador y, con suerte, una música de las que hacen que se te ponga la piel de gallina; pero decepcionante al final, porque una gran historia no se puede resumir en hora y media, y menos aún cuando el argumento se ve subordinado a lo visual. Peter Jackson hizo un trabajo fantástico con El Señor de los Anillos, pero por lo general las películas no son tan fieles a los libros en los que se basan. Pregúntamelo el año que viene, igual habré cambiado de opinión; este año, prefiero imaginar Thèramon en papel y sin que nadie haya tocado ni una coma de lo que yo he escrito.
J. Desde el punto de vista personal, ¿son las Historias de Thèramon un punto de ruptura entre dos etapas?
B. Definitivamente, sí. No sólo en lo literario, también en lo personal. Pero ya he hablado de ello antes, y no quiero repetirme.
J. La fantasía es entretenimiento y evasión y en estos tiempos de crisis parece que la gente necesita desesperadamente algo que “la desconecte de la triste realidad que vive”, ¿cumple Thèramon con ese objetivo?
B. Yo diría que sí. Pero creo que esta pregunta deberían contestarla los lectores. Dime, ¿a ti te entretiene Thèramon?
J. El mundo literario y editorial… ¿es el mismo ahora que cuando empezaste a escribir o no tiene nada que ver? ¿Valoras el cambio en positivo o en negativo?
B. Cuando yo empecé a escribir, no tenía ni idea de cómo funcionaba el mundo editorial. Ni me planteaba publicar mis novelas. Escribir me hacía feliz, nada más importaba. Ahora... bien, ahora no es que sepa mucho más que entonces. ¿No querrías dejar esta pregunta para dentro de un año? Que todavía no he empezado mi aventura en busca de editorial...
J. Y por último, cítanos a tres de tus autores preferidos y el primer libro que quieres leer en el nuevo año 2012… si lo hay.
B. Stephen King, J.R.R Tolkien, Laura Gallego.
Te puedo decir el título del primer libro que leeré en 2012, lleva dos semanas esperando en mi mesita de noche, es mi plan para esta Nochevieja: “Todo oscuro, sin estrellas”, de Stephen King.