Metiéndome en uno de mis foros habituales descubro un artículo interesante, aunque bastante pesimista, terriblemente crítico, de esos que no dejan títere con cabeza. No sé quién lo habrá escrito, pero arremete con todo. Sin embargo, da qué pensar. El del escritor, lo he dicho siempre, aunque es la primera vez que lo expongo públicamente en el blog, es un trabajo duro como cualquier otro; es solitario, y lo peor no es cuando escribes, sino cuando esperas, ¡la larga espera! a que te publiquen. Claro que hay gente que escribe sin ánimo de lucro, o que ha descubierto Internet y estos blogs para dar a conocer su obra (siempre es mejor esto que ser un "negro") y la respuesta es más inmediata que las de las editoriales más veloces. Yo confieso, parafraseando a Vila-Matas, que escribo para que me lean, fundamentalmente. Y como a todo el mundo, me gustan las cosas bonitas y caras, así que si puedo ganar dinero, prefiero no perderlo. Por supuesto que he cometido errores, como muchos otros escritores; pero ahora voy por el buen camino y con las ideas más claras que cuando empecé hace doce años. El panorama editorial es pesimista; eres tú quien decide si quieres ver la botella medio llena o medio vacía. Nadie puede decidir por ti. Pero el único camino que hay es hacia delante, porque hacia atrás sólo van los cangrejos. No estoy en contra de la coedición, pero es una opción que no contemplo ahora; quizá porque ya sé lo que es y lo que conlleva, y porque hoy me siento mucho más segura con mi trabajo y sé que no tengo que recurrir a esto. Desde aquí quiero animar a todos los que visitáis el blog y escribís como yo a no desanimaros. La carrera aún no ha acabado.