Todos los años, como buena escritora y devoradora compulsiva de libros —especialmente novelas—, por Sant Jordi hago la ruta por el centro de una Barcelona casi siempre atestada en este día a la búsqueda de la novela “perfecta”.
La mayoría de las veces es un tormento elegir entre muchísimas novelas la única que te puedes llevar a casa (sobre todo en estos tiempos de crisis). Pero este año, gracias a los dioses y las diosas del panteón olímpico, lo tenía mucho más claro. De hecho, estaba elegido desde una semana antes: Orgullo sajón; sí, parecía predestinado a caer en mis manos. Cuando escribo mis novelas, nunca pienso en un lector en particular, ¡¡sería una locura!! Sin embargo, y esto te lo digo a ti, Nieves, se diría que creaste esta joya pensando en mí. Y sólo en mí. ¡Y eso que ni me conocías entonces!
De positivo, recalcar que el contexto histórico está muy logrado; yo, a pesar de estudiar Historia, no me veo ni de lejos preparada para escribir algo un poco parecido. Así que mis más sinceras felicitaciones a la autora.
Los personajes, aunque demasiado planos para mi gusto, se hacen querer, sobre todo él. En cuanto a Jacqueline, a mí me gusta otro tipo de heroína, menos deslumbrante; da la sensación de que sólo las guapas tienen derecho a vivir Historias de Amor… Creo que todas tenemos derecho a vivir una Historia de Amor de novela, aunque no tengamos los ojos violetas, ni una despampanante figura. Pero nuevamente, esto cabe achacarlo al género literario y no al autor, que se limita a repetir unas pautas ya establecidas previamente.
A pesar de que la novela romántica es mi género favorito para leer, y como he dicho ya en otras ocasiones, creo, las disfruto como una enana, me veo incapaz de escribirlas; no porque no me gusten como lectora, sino porque no me gustan los recursos del género, yo busco algo más humano, más natural, más acorde con nuestro tiempo, que es (o debiera ser) un tiempo de tolerancia hacia lo diferente. El papel de la mujer es muy limitado, y los hombres, salvo excepciones, responden a unos patrones muy concretos; yo prefiero bucear en la psicología humana más a fondo; creo que el alma humana es poliédrica y explorarla supone todo un desafío. Sin embargo, repito, disfruto inmensamente con las historias románticas, sobre todo las que tienen un trasfondo histórico, más aún si es medieval, y más específicamente, si se sitúan en ámbitos anglosajones.
Sólo me queda esperar seis días a que salga “Amaneceres cautivos”, para disfrutar nuevamente la espléndida prosa de nuestra querida Nieves…. ¡¡¡Ay, qué nervios!!!
La mayoría de las veces es un tormento elegir entre muchísimas novelas la única que te puedes llevar a casa (sobre todo en estos tiempos de crisis). Pero este año, gracias a los dioses y las diosas del panteón olímpico, lo tenía mucho más claro. De hecho, estaba elegido desde una semana antes: Orgullo sajón; sí, parecía predestinado a caer en mis manos. Cuando escribo mis novelas, nunca pienso en un lector en particular, ¡¡sería una locura!! Sin embargo, y esto te lo digo a ti, Nieves, se diría que creaste esta joya pensando en mí. Y sólo en mí. ¡Y eso que ni me conocías entonces!
De positivo, recalcar que el contexto histórico está muy logrado; yo, a pesar de estudiar Historia, no me veo ni de lejos preparada para escribir algo un poco parecido. Así que mis más sinceras felicitaciones a la autora.
Los personajes, aunque demasiado planos para mi gusto, se hacen querer, sobre todo él. En cuanto a Jacqueline, a mí me gusta otro tipo de heroína, menos deslumbrante; da la sensación de que sólo las guapas tienen derecho a vivir Historias de Amor… Creo que todas tenemos derecho a vivir una Historia de Amor de novela, aunque no tengamos los ojos violetas, ni una despampanante figura. Pero nuevamente, esto cabe achacarlo al género literario y no al autor, que se limita a repetir unas pautas ya establecidas previamente.
A pesar de que la novela romántica es mi género favorito para leer, y como he dicho ya en otras ocasiones, creo, las disfruto como una enana, me veo incapaz de escribirlas; no porque no me gusten como lectora, sino porque no me gustan los recursos del género, yo busco algo más humano, más natural, más acorde con nuestro tiempo, que es (o debiera ser) un tiempo de tolerancia hacia lo diferente. El papel de la mujer es muy limitado, y los hombres, salvo excepciones, responden a unos patrones muy concretos; yo prefiero bucear en la psicología humana más a fondo; creo que el alma humana es poliédrica y explorarla supone todo un desafío. Sin embargo, repito, disfruto inmensamente con las historias románticas, sobre todo las que tienen un trasfondo histórico, más aún si es medieval, y más específicamente, si se sitúan en ámbitos anglosajones.
Sólo me queda esperar seis días a que salga “Amaneceres cautivos”, para disfrutar nuevamente la espléndida prosa de nuestra querida Nieves…. ¡¡¡Ay, qué nervios!!!
Y si no quieres esperar ni un día, también puedes leer "Ariana" la novela que está colgado Nieves en su blog, de regalo para las lectoras. Yo la estoy devorando.
ResponderEliminarUn beso.
Ay, mi Tere, ¿qué crees? Yo me estoy bajando los capítulos de Ariana para leerlos todos juntitos cuando acabe el rollo de la uni :(
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