El miércoles me desperté con una noticia agridulce: la entrega de los premios Nadal en su 65ª edición. Agridulce porque siempre estoy interesada en saber quién es quién en el mundillo literario, qué sale y qué no, y en definitiva estar al tanto de las novedades; por otro lado me llevé la enésima decepción al enterarme de quién es la ganadora del presente año: Maruja Torres. Vaya por delante que no tengo nada, ni a favor ni en contra de esta señora... Lo que me provoca pesar y frustración es observar, un año más, que el premio se mueve entre una reducida y elitista rueda de famosos que, en un círculo infernal, van rotando de año en año por los diferentes premios literarios; en consecuencia, y con honrosas y muy selectas excepciones, siempre ganan los mismos. Para el ingenuo escritor novel que en algún momento ha pensado presentarse a concursos de de tal envergadura, una noticia así resulta cuanto menos desmoralizante. ¿Hay que pertenecer a algún tipo de "hermandad" literaria para entrar en este círculo, participar en secretos ritos de iniciación para ser uno de los elegidos? No me trago el cuento de que sólo cuenta una buena historia. ¿Es realmente un tongo, está realmente amañado, comprado de antemano? Sé que más de uno que visita este blog o los foros habituales sobre el tema literario, ha pensado en alguna ocasión presentarse a algún tipo de certamen literario (yo me presenté al susodicho Nadal en 2000 con No somos dioses) y habéis fantaseado con obtener el dinero de tan preciado galardón, y encontraréis el artículo interesante para el debate. Quisiera conocer vuestra opinión de primera mano.
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