Después de dos semanas con el piloto automático puesto (NECESITABA VACACIONES CON URGENCIA), retomo mi actividad normal con los blogs, mis lecturas y el proyecto de revista on-line que iniciamos en febrero, y cuyo primer número está previsto para septiembre.
Este post es para avisaros que durante el próximo año (hasta mediados de junio de 2015) no voy a escribir nada nuevo. El motivo: me voy a dedicar en exclusiva a preparar el examen del FCE (First Certificate in English).
Obviamente, esto retrasará mis proyectos literarios; pero como ninguno de ellos corre prisa, he decidido sacarme "de encima" el tema del "First" (que ya llevo años teniéndolo como "asignatura pendiente") y luego, sí, por fin, dedicarme en exclusiva a escribir... O no.
Porque esa es otra decisión a la que vengo dándole muchas vueltas en los últimos días.
El panorama está mal.
Muy mal.
Y para ser sincera, no tengo ninguna necesidad de escribir, como les ocurre a otros autores.
No escribo como terapia, ya lo dije hace años.
No escribo para desahogarme ni desahogar mis traumas.
Escribo para que me lean, sí, pero también para ganar dinero con este oficio mío.
Y sin embargo, parece ser que en los últimos tiempos los autores "desconocidos" (después de 18 años tecleando me niego en redondo a etiquetarme como autora novel) tenemos que "regalar" nuestros libros si queremos que nos lean.
No digo que no tenga lectores fieles dispuestos a pagar 12 o 15€ por una novela mía. Los tengo, pero son pocos, he de reconocerlo.
Y hago cuentas... Y no me cuadran los números.
Así que lo voy a decir alto y claro: No sé si habrá una próxima novela.
Depende en un 99,999999999...% del éxito comercial de Nuestro lugar en el mundo.
Así que este año de "relax", en que, como ya he dicho, mi PRIORIDAD va a ser el examen oficial de Inglés, también va a servirme como "etapa de reflexión".
No me faltan ideas ni proyectos, como ocurrió en 2001.
Me falta motivación.
Me falta ingenuidad y algo de la ilusión de 1996.
Veo y leo cosas que no me gustan.
Veo "mafias" y peloteos que me provocan ganas de vomitar.
Veo lectores desnortados que no tienen una idea clara a la hora de elegir sus lecturas, siguiendo criterios que poco o nada tienen que ver con la literatura en sí.
Veo autores que escriben poco (y mal) y se miran mucho el ombligo.
Por supuesto que hay gente estupenda en este oficio, los conozco y estoy con ellos; los sigo y los leo con auténtica devoción.
Pero no os voy a engañar, voy perdiendo las ganas.
Quizá he acabado saturada en estos últimos años.
Quizá sólo necesito este "período sabático" para recuperar el ánimo y la ilusión de antaño.
Sea como sea, no me voy a desvincular de este mundillo.
Quizá no escriba novelas, pero haré otras cosas.
Seguiré devorando libros.
Haré reseñas, entrevistas, correcciones, informes de lectura...
La vida nos da sorpresas... Y yo estoy más que dispuesta a dejarme sorprender.